TRES COSAS que le diría a la Noemí más joven…

Al finalizar un año siempre tenemos sentimientos encontrados. Estamos felices de entrar a uno nuevo y al mismo tiempo sentimos nostalgia recordando lo que sucedió en el año que queda atrás.

A veces, la nostalgia no es porque sucedieron cosas desagradables, quizá no todo lo fue. Pero es la nostalgia de saber que el tiempo que pasó, ya no volverá. Meditamos en lo que pasó, lo que aprendimos y lo que nos ayudó a avanzar. Lo que nos afectó y nos robó tiempo o nos desanimó. Si logramos algo que nos propusimos o no.

Esta evaluación me hizo pensar en que me hubiera gustado, que alguien con más años de experiencia, me hubiera dado los consejos de lo que he aprendido hasta hoy. Por esta razón, decidí compartir TRES COSAS que le diría a la Noemí más joven.

Es como si la Noemí de hoy, después de haber vivido algunos años, le dice a la Noemí más joven, lo que ha aprendido hasta aquí… No importa la edad que tengas hoy. Creo que estos consejos son útiles en cualquier edad porque todavía tú y yo seguimos aprendiendo. No es la edad lo que asegura que hemos aprendido algo o no. Nunca es tarde para poner a la práctica estas tres cosas.

TRES COSAS que he aprendido…

1. Todo es posible

A lo mejor, te estás preguntando si lo que decidiste hacer este nuevo año será posible o no. Quiero decirte que ¡sí lo es! Tú y yo tenemos que empezar a cambiar nuestros pensamientos. Esos pensamientos que te limitan y te detienen en tu cuesta por lo que quieres lograr. Tienes que empezar a cambiarlos por pensamientos que dicen: ¡Sí puedo!

Si me hubieran dicho que no iba a poder empezar un ministerio, escribir 10 libros, varios estudios bíblicos. Ser una mujer que entrena a muchas otras en muchas áreas de sus vidas. A lo mejor, estaría en el mismo sitio sin haber logrado todo esto. Hubiera dejado pasar la década anterior y estaría en las mismas. Tú tienes que creer en ti misma para que puedas avanzar y disfrutar la vida que quieres.

«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece»
Filipenses 4:13 (NVI)

2. Invierte en ti misma

Y no estoy hablando de invertir en ropa, zapatos o joyas. Tampoco en golosinas y cenas caras y otros lujos. Un lujo no es un vestido caro solamente, es también darse lujos en aquello que no contribuye a nuestro bienestar, adicciones, malos hábitos, malgastar en cosas que no te sirven.

Cuando digo invertir en ti misma, estoy hablando de invertir en recursos que te van a ayudar a ser una mejor versión de ti misma. Cuánto quisiera que me hubieran dicho esto en la edad de los veinte años. Mi mayor afición era comprarme ropa de moda y verme en el espejo bonita con lo que me había comprado. Tú no te imaginas la belleza interna que puedes tener si tan sólo inviertes tu tiempo, dinero y entusiasmo por aprender cosas que te ayuden a crecer y a avanzar.

Te soy sincera, esto quiere decir, no te quedes atrás porque quieres todo gratis. Esta manera de pensar sólo te limita y te dejará en el mismo sitio. Si quieres lograr algo en la vida, entonces lee arriba el número #1: «Todo es posible». Compruébalo cuando inviertas en ti misma.

Y todo lo que podamos hacer, hagámoslo con alegría.
Vamos camino a la tumba, y allá no hay trabajo
ni planes, ni conocimiento ni sabiduría.
Eclesiastés 9:10 (TLA)

3. Aprovecha bien el tiempo

Cuando estaba en mis 20 años tenía la mentalidad de toda joven que dice: «Más adelante hay tiempo. Disfruta el momento y vive la vida». Pero los años pasan y siguen pasando y ¿qué puedes decir que haz logrado hasta hoy?

A lo mejor, si lograste algunas cosas importantes. Te casaste, quizá tienes hijos, tienes tu casa, tu carro, tu trabajo o algún negocio. Pero ¿qué versión de ti misma eres hoy? ¿Estás satisfecha y feliz? ¿Puedes decir que aprovechaste bien el tiempo en los años pasados? En mi juventud aprendí el versículo de Eclesiastés 12:1 de memoria:

«No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador. Hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: «La vida ya no es agradable»» (NTV)

Te confieso que esto me pasó por un oído y se me salió por el otro. Viví en la insatisfacción de la vida por mucho tiempo. Cuando decidí retomar el control de mi vida, todo cambió. Empecé a dar frutos y a ser transformada desde adentro con la Palabra de Dios. Imagínate si esto hubiera sucedido en mis 20 años.

Tú tienes una vida por delante y vas a tener que aprovechar el tiempo que tienes hoy para que no digas luego: «La vida ya no es agradable». No sabemos cuánto tiempo tenemos. El tiempo es oro dicen por allí, no lo desperdicies en trivialidades.

¡Aplicar estos consejos transformarán tu vida!

Estas TRES COSAS que he aprendido en la última década, me ayudaron a ser fructífera y a lograr lo que siempre había querido. He podido hacer un impacto en la vida de los demás y esto me ha traído satisfacción y felicidad. Alguien dijo: «Para cambiar al mundo, tienes que empezar por cambiarte a ti misma».

El inicio de un año es crucial, porque estás en los momentos más decisivos para decirte a ti misma cosas que alimentarán tu cerebro de hoy en adelante. Si te propones tomar estos tres consejos, entonces vas a vivir tu vida a plenitud logrando lo que quieres. ¡Te lo aseguro! Funcionó conmigo.

El siguiente paso para poner en práctica estas TRES COSAS es éste. He publicado muchos recursos para ayudarte a lograr la vida que quieres. Presiona aquí: Quiero más recursos.

Deja un comentario y dime cuál de estos consejos te ayuda mas hoy.

¿Necesitas ayuda? ¿Quieres conversar con Noemí sobre tu situación?

Quiero conversar con Noemí – Conéctate, presiona aquí

Quiero recibir más artículos como éstos.

¡Empieza leyendo SU PALABRA!

Adquiere tu Devocional Diario hoy mismo

Este devocional es una herramienta indispensable en tu cuesta por conocer a Jesús. Cuando lees su Palabra, cuando estás avanzando en el conocimiento de Dios y su plan para descubrir la vida que Él quiere para ti. En este libro, Noemí te ayuda a leer, estudiar, memorizar y a poner a la práctica lo que lees. Para tener tu copia presiona aquí:“Devocional Diario En Mi Corazón – 365 Días Guardando Su Palabra» Tapa Blanda: Devocional Diario En Mi Corazón