¿Te falta algo?

Muchas mujeres me escriben a diario para compartir sus vidas conmigo y sus peticiones de oración. En sus correos me puedo dar cuenta que no están solas con el dolor, la preocupación, las tristeza o los problemas que están enfrentando

A veces, hasta puedo identificarme con algunos de sus problemas y dificultades. Por esta razón, decidí escribir este Blog de hoy. Siento que Dios me dio una palabra a mí en los momentos cruciales de mi vida que también es para ti. Porque Él es un Dios que tiene sabiduría para hablarnos cuando más lo necesitamos.

Este año no ha sido fácil para mi en muchos aspectos. He tenido grandes desafíos, obstáculos y dolor. He batallado con momentos de depresión y de insatisfacción. Si esto te sorprende, te lo digo porque sé que hay muchas mujeres como yo. Pero también quiero decirte que Dios me ayudó a salir de esa condición en que estaba y me llevó a una nueva esperanza de vida. Hoy estoy disfrutando esa vida porque su sabiduría me mostró un mejor camino.

No estoy en este ministerio para decirte que mi vida es perfecta y que no tengo dolor, tristezas o problemas. Los tengo como todos. Cuando hablo contigo, hablo de mi  experiencia propia. Puedo decirte lo que funciona y lo que no. Puedo animarte a creer la Palabra de Dios en cosas que han sido mi experiencia propia. No algo que está allí para repetirlo «esperanzadas» por si acaso Dios quiere hacerlo por ti. Dios cumple lo que ha dicho y estoy aquí como una evidencia del poder de Jesús y su Palabra morando en nuestras vidas. Lo que ha hecho por mi y por muchos, lo puede hacer en ti también. Apocalipsis 1:8 dice:

«Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin —dice el Señor Dios—.
Yo soy el que es, que siempre era y que aún está por venir, el Todopoderoso».

Este es el mismo Dios de ayer, de hoy y siempre. El Todopoderoso que puede hacer en tu vida más allá de lo tú pides o entiendes conforme a su propósito para ti.

Un versículo que resaltó cuando lo leí esta semana está en Filipenses 4:6 que dice:

«No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo»

Te digo que resaltó no porque no lo he leído antes, lo tengo memorizado. Pero, resaltó  porque esa palabrita «nada», tiene un gran significado. Es la palabra griega «médeis» que significa: «nada (por supuesto), ni una sola cosa, literalmente, ni siquiera una sola» (Concordancia Strong’s y HELPS Word Study, 3367).

La exhortación de Pablo aquí, nos lleva a definir que ni una sola cosa por la que estamos pasando nos debe preocupar.

Me dirás: Noemí pero eso es imposible. Nuestra naturaleza humana, responde diferente.

Tú lo has dicho bien. Pero, es que tú y yo ya no funcionamos con la naturaleza humana, sino con la naturaleza divina. Cuando venimos al Señor, y nos convertimos en sus hijas, esa naturaleza vieja se transforma en una nueva en la que Espíritu Santo de Dios empieza a operar. Esto marca la diferencia. Porque ahora operamos con el poder de Dios que está a nuestra disposición a través de su Espíritu Santo.

Cuando leí el versículo de Filipenses 4:6, enseguida recordé el Salmo 23:1 que dice:

«El SEÑOR es mi pastor, nada me falta»

El Antiguo Testamento fue escrito en Hebreo y partes en Arameo. El libro de los Salmos forma parte del Antiguo Testamento. Esa palabra «nada» también tiene su significado en Hebreo. Es la palabra: «chaser» que tiene varios significados. En el contexto que está usado aquí podemos estar seguras que significa: carecer o faltar, falta. El énfasis de este Salmo 23, muy conocido y leído en todo el mundo, es mostrarnos a un Dios, que como un pastor, da cuidados, provisión y protección.

El nombre, SEÑOR en letras mayúsculas es el nombre YHWH. El nombre del Dios de Pactos. El Dios de Israel y de individuos que cumple su pacto de generación en generación. Este es el Dios que prometió cuidar de su pueblo y se reveló como el Dios, lleno de amor, compasión, paciente, fiel y perdonador. Si este nombre no te hace saltar de la silla y decir Amén entonces no sé que más decirte.

¡Este es tu Dios también!

La Biblia dice que no se duerme, ni se adormece. Que está listo a darnos la ayuda y eso que te falta.

«En efecto, el que cuida a Israel  nunca duerme ni se adormece»
Salmos 121:4

««¡Israelitas, no hay otro Dios como tu Dios!
Dios es el rey del cielo, y siempre vendrá en tu ayuda»

Deuteronomio 33:26

Entonces lo que Pablo dijo en Filipenses 4:6, resuena con mucha más claridad y convicción para quines estamos en carencia de algo o nos falta algo. Para decir con certeza, el SEÑOR es mi Pastor, nada me falta.

Él tiene el poder para darte TODO lo que hoy te FALTA.

En medio de circunstancias difíciles hay algo que Santiago dice que es imprescindible para que podamos transitar la vida victoriosamente. Leamos lo que él dijo:

«Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla»
Santiago 1:2-5, NTV

Me encanta ver cuando la Escritura se confirma a sí mismo. Mira la conexión que existe entre la sabiduría y eso de lo que hemos hablado aquí. Esto es, cuando algo nos falta.

Tú y yo queremos la sabiduría de Dios cuando nos falta algo.

Santiago dice que en medio de situaciones difíciles, estamos desarrollando cosas útiles como son la perseverancia o constancia y nuestra fe se fortalece. Pero no deja de decirnos que para que esto suceda, y para que podamos sobrellevar esas dificultades, necesitamos la sabiduría de Dios y nos dice que se la pidamos.

Aquí viene algo interesante. Esa palabra traducida «faltará nada» en el verso cuatro de Santiago capítulo uno, es la misma palabra Griega que vimos que menciona Filipenses 4:6: «médeis». Esto quiere decir, que cuando la sabiduría de Dios nos acompaña en medio de nuestras situaciones duras y difíciles, el resultado será que: «No nos faltará nada». Esto es, estarás y estaré completa y satisfecha.

Hoy estoy en el sitio en que puedo decirte con toda certeza que su sabiduría me ha ayudado a salir adelante de mis problemas y dificultades. Es lo que me ha dado la dirección que necesito y lo que me ha brindado la satisfacción para poder decir: «El SEÑOR es mi Pastor, nada me falta».

Te pregunto: ¿Quieres eso que te falta? Haz lo que dijo Salomón aquí:

La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría!
Proverbios 4:7

 

¿Quieres la sabiduría de Dios?

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